Se conocen también como Sistemas Alternativos, precisamente porque intentan aportar otras alternativas de vivienda a los tradicionales centros residenciales. Su puesta en marcha es una expresión de las nuevas políticas sociales que se están llevando a cabo en estos últimos años con la finalidad de proponer a las personas mayores modos de vida normalizados que supongan una alternativa real a su vivienda habitual, cuando por cualquier razón no se puedan o no quieran seguir viviendo en ella. A pesar de tratarse de alternativas recientes se dispone ya de un amplio abanico de experiencias, algunas de ellas con suficientes años de funcionamiento como para que puedan servir de modelo a otras que comienzan. No hay que olvidar que este tipo de alojamientos presenta algunas ventajas, pero también inconvenientes y sólo serán alternativas válidas y estables si se adaptan a las realidades culturales de cada comunidad. Las personas mayores no constituyen un grupo homogéneo y parece justo qu...