En general las personas mayores se
caracterizan por ser muy resistentes a los cambios; sin embargo cuando se les
presta atención y se les expresa interés por su salud, muchos de ellos,
escuchan de buena voluntad las sugerencias que se les dan y, a veces con un
pequeño apoyo y motivación son capaces de hacer cambios en sus hábitos
alimentarios
Debido a que estas personas tienen
establecidos sus hábitos alimentarios y actitudes hacia la comida desde muchos
años atrás, la educación nutricional debe resaltar y formar nuevos hábitos
sobre los beneficios positivos que se obtienen con una buena dieta, en lugar de
hacer énfasis sobre los aspectos negativos de una dieta errónea
La educación nutricional de las personas
mayores requiere un reforzamiento positivo de los buenos hábitos, sugerencias
positivas sobre como mejorar aquellos hábitos que son erróneos y charlar
ampliamente sobre las razones por las que es necesario mantener una dieta
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