Se trata de una
obligación de confidencialidad que compete a todos los trabajadores que
trabajan en residencias de mayores.
Las propuestas que se realizaron
para garantizar el secreto profesional en la atención directa hicieron
referencia a:
- Creación y respeto de los espacios
establecidos para la coordinación y comunicación entre los profesionales.
- Formación del personal y
sensibilización.
- Evaluación continua y supervisión de
las normas y su respeto.
- Disponer claves de seguridad en los
equipos informáticos y zonas de acceso restringido.
- Firmando el contrato de
confidencialidad.
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